El fenómeno fan que rodea a la figura del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha llegado a España.
Hace unas semanas, la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) recibió una solicitud para inscribir como marca el apellido del dirigente para comercializar cervezas, artículos de vestir, tabaco y sucedáneos (cigarrillos, puros y vaporizadores). La petición, que aparece a nombre de una empresa llamada Industria Agroalimentaria del Condado Jaén, todavía está en fase de tramitación.
Al igual que sucedió con la pandemia por el coronavirus, es habitual que empresarios y particulares trasladen acontecimientos relevantes a los nombres comerciales de sus productos.
La OEPM está tramitando también solicitudes de marcas que incluyen el nombre del país invadido como Unidos por la paz, Ucrania en el corazón, Help Ucrania, Somos Ucrania, KidsUcrania o Ucrania Conecta. Aunque la mayoría tienen un trasfondo solidario o humanitario cabe preguntarse hasta qué punto puede explotarse comercialmente el nombre de un Estado.
La Ley de Marcas española pone ciertas restricciones a la inscripción de nombres propios distintos a la persona que solicita una inscripción.
Estas restricciones vienen recogidas en el artículo 9 de la normativa, que prohíbe el registro de un nombre, apellido, seudónimo o “cualquier otro signo que para la generalidad del público identifique a una persona distinta del solicitante” si no se tiene el consentimiento expreso del afectado.
Ahora bien, a pesar de estas prohibiciones, en territorio europeo existen marcas que contienen nombres propios. Ejemplo de ello, y también relacionado con el conflicto en territorio ucraniano, es la marca europea Figli di Putin, aprobada en 2016 por la Oficina Europea de Propiedad Intelectual.
Nuestro compañero y experto en registro de marcas Luis Polanco ha recalcado,
“El registro de nombres propios no está exento de polémica y más cuando se producen dentro de un contexto político o un conflicto armado. La OEPM mantiene un criterio uniforme a la hora de denegar marcas que utilizan el nombre propio de celebridades cuando el registro lo presenta un tercero. Lo mismo sucede en el caso de registros de que utilizan el nombre de un país, pues la Ley de marcas establece restricciones que no se pueden utilizar denominaciones que confundan sobre el origen geográfico de una marca.
Si la marca solicitada esquivara estas prohibiciones sobre nombres propios o de países, existe una tercera prohibición que se puede aplicar para el caso de marcas contrarias a la ley o al orden público. En definitiva, aunque las solicitudes de registros relacionados con eventos políticos o conflictos armados proliferan cuando estos se producen, lo cierto es que el análisis individualizado de cada registro, unido a las prohibiciones establecidas en la ley suelen terminar con la denegación de muchas de estas marcas.”